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La sociedad de consumo y la crisis económica han hecho que muchos hogares del país se vean duramente afectados. La situación se vuelve cada vez más complicada y las familias ya no saben qué hacer para poder cumplir con sus obligaciones económicas cada mes. Ante esta situación, es indispensable recordar uno de los principios más elementales de la
economía.
El gasto de las familias debe estar siempre condicionado a la cantidad de dinero que ellas reciben. En otras palabras, uno no debe gastar más dinero del que recibe. Si bien esto suena bastante sencillo y
elemental, la mayoría de personas no lo recuerda en su actividad diaria.
El consumo está tan arraigado en la sociedad que las personas suelen comprar diversos productos sin reflexionar previamente sobre el efecto que ello podría tener en su
economía. Esto se ha vuelto tan habitual que uno de los mayores males del mundo actual es precisamente el consumo indiscriminado.
Por no reflexionar previamente sobre los efectos de estas compras, las personas suelen tener series problemas a fin de mes o en el momento en que deban cumplir con todas sus obligaciones. Esta falta de planificación después se puede convertir en un problema muy grave.
Esta situación se intensifica aún más con las diversas promociones de las tiendas que incentivan el consumo. Cuando las personas ven algún descuento, suelen ser más propensas a comprar. Incluso, en ciertos casos, los descuentes pueden hacer que uno compre algo que realmente no necesita.
Para evitar todos estos inconvenientes es indispensable mantener siempre un registro de los gastos del hogar. De esa manera, uno mantiene una idea del total de sus gastos y del saldo que tiene disponible para comprar algún producto. Esto debe contrastarse recurrentemente con los ingresos, ya que solo de esa forma se podrá mantener la estabilidad de la
economia domestica. Este principio
elemental debe ser puesto en práctica cada día.